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qué es SIBO

¿Qué es SIBO? Síntomas, causas y tratamientos

Índice de contenido

Últimamente, el término SIBO está en boca de todos. Redes sociales, foros de salud y blogs sobre el aparato digestivo están llenos de experiencias, consejos y, sobre todo, dudas sobre este trastorno intestinal. Pero, ¿qué es realmente el SIBO, del que tanto se habla? Estas siglas corresponden a “Sobrecrecimiento Bacteriano en el Intestino Delgado” y hacen referencia a un desequilibrio en la microbiota que puede causar hinchazón, dolor abdominal y una serie de molestias digestivas que, si no se tratan, pueden llegar a afectar tu calidad de vida.

Si quieres aclarar qué es el SIBO, cuáles son sus causas y cómo reconocer sus síntomas, sigue leyendo.

Significado de SIBO

El SIBO es una condición en la que ciertas bacterias, que deberían residir en el intestino grueso, comienzan a colonizar el intestino delgado. Esto provoca una fermentación excesiva de los alimentos antes de que el cuerpo pueda absorber sus nutrientes, generando síntomas digestivos como gases, hinchazón y malestar.

Es importante distinguir el SIBO de otros problemas digestivos, como el síndrome del intestino irritable, ya que el SIBO es una disfunción específica y bacteriana. A diferencia del intestino grueso, donde habita la mayoría de las bacterias de nuestro sistema digestivo, el intestino delgado debería tener una presencia limitada de microbiota. Cuando estas bacterias proliferan donde no deben, se produce el SIBO, que conlleva una serie de alteraciones en la digestión y absorción de nutrientes esenciales.

SIBO significado
SIBO: sobrecrecimiento bacteriano del intestino delgado

Tipos de SIBO

Existen diferentes tipos de SIBO según los gases producidos por las bacterias que lo causan. Identificar el tipo específico ayuda a personalizar el tratamiento y mejorar los resultados.

Tipo de SIBOCaracterísticas del Gas ProducidoSíntomas Asociados
SIBO HidrógenoProducción de gas hidrógenoDiarrea, aceleración del tránsito intestinal, dolor abdominal, distensión abdominal
SIBO MetanoProducción de gas metanoEstreñimiento, ralentización de la motilidad intestinal, sensación de pesadez, empeoramiento del tránsito
SIBO Sulfuro de HidrógenoProducción de gas sulfuro de hidrógeno (menos común)Diarrea, gases de olor fuerte, variedad de síntomas, variante menos estudiada

Causas y factores de riesgo del SIBO

El SIBO puede aparecer por diferentes motivos, entre ellos alteraciones en la producción de jugos digestivos, problemas en la motilidad intestinal y factores que afectan la estructura y función del intestino.

La producción de jugos digestivos y la motilidad intestinal son dos mecanismos del aparato digestivo, que impiden que las bacterias proliferen en el intestino delgado. Los jugos digestivos tienen propiedades protectoras, y la motilidad constante del intestino ayuda a que los alimentos avancen rápidamente. Sin embargo, si estos mecanismos fallan, el intestino delgado se convierte en un entorno favorable para el sobrecrecimiento bacteriano.

Algunos factores de riesgo son las cirugías abdominales, medicamentos como los inhibidores de la bomba de protones (por ejemplo, el Omeprazol), que disminuyen el ácido gástrico, y enfermedades como la enfermedad de Crohn o la celiaquía. Además, problemas en la válvula ileocecal, que separa el intestino grueso del delgado, pueden permitir que las bacterias del colon migren y colonicen zonas donde no deberían estar.

Síntomas comunes del SIBO

Los síntomas del SIBO pueden variar, pero los más comunes incluyen hinchazón abdominal, gases, dolor, diarrea o estreñimiento, pérdida de peso y deficiencias nutricionales. La hinchazón es uno de los síntomas más llamativos, llegando en algunos casos a ser tan intensa que puede compararse con una barriga hinchada por un globo.

Además de ser molestos, estos síntomas afectan a tu calidad de vida al interferir en tu digestión y en la absorción de nutrientes esenciales como la vitamina B12 y el hierro, pudiendo llevar a a problemas derivados a la falta de vitaminas esenciales como cansancio, diarrea, irritabilidad…

síntomas SIBO
Estreñimiento, diarrea, hinchazón y dolor de estómago

Diagnóstico del SIBO

Detectar el SIBO puede ser complicado, ya que sus síntomas son similares a los de otras enfermedades digestivas. Sin embargo, existen algunas pruebas que pueden orientarte y ayudar a los profesionales a confirmar un diagnóstico:

Prueba de aliento (Hidrógeno y Metano)

La prueba de aliento es la más utilizada para el diagnóstico del SIBO. Consiste en ingerir una solución de glucosa o lactulosa, tras lo cual se mide la cantidad de hidrógeno y metano en el aliento cada cierto tiempo. Si hay un crecimiento bacteriano en el intestino delgado, las bacterias fermentarán estos azúcares produciendo estos gases que luego exhalas.

Análisis de sangre y otras pruebas

Aunque menos común, se pueden realizar pruebas complementarias como análisis de sangre para detectar deficiencias nutricionales o incluso una endoscopia en casos específicos. Sin embargo, estos métodos suelen ser menos accesibles debido a su complejidad y coste.

Tratamientos para el SIBO

El tratamiento del SIBO combina la eliminación de las bacterias en exceso con una mejora en los hábitos alimenticios para evitar que vuelva a aparecer.

Tratamiento con antibióticos

Los antibióticos, como la rifaximina o el metronidazol, son efectivos para reducir la cantidad de bacterias en el intestino delgado. Sin embargo, su uso debe estar siempre supervisado por un profesional de la salud para evitar efectos secundarios y recaídas.

Cambio en la dieta

Una dieta baja en FODMAP (son un grupo de carbohidratos de cadena corta que se encuentran en ciertos alimentos) puede aliviar los síntomas, ya que limita los carbohidratos que las bacterias del SIBO fermentan. Esta dieta debe seguirse temporalmente y bajo supervisión, ya que una restricción prolongada podría perjudicar la salud de tu microbiota.

Probióticos y suplementos

El uso de probióticos de farmacia puede ayudar a equilibrar la microbiota tras el tratamiento con antibióticos, aunque es importante personalizar su uso. Los prebióticos, que sirven como alimento para bacterias beneficiosas, pueden ser útiles, pero deben introducirse con cuidado para no empeorar los síntomas.

En Fmasonline puedes encontrar un montón de probióticos que te pueden ayudar a mantener un buen equilibrio de la flora intestinal. Además, existen complementos alimenticios como Miconeo sibo 60 cápsulas o Thearscience Sibo, específicamente formulados para combatir este trastorno del SIBO.

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Conclusión

Para mantener el SIBO bajo control y prevenir su aparición, es esencial cuidar la salud digestiva mediante una dieta equilibrada y un uso moderado de medicamentos. Prestar atención a cualquier síntoma persistente y evitar la automedicación también son aspectos clave para prevenir complicaciones. En caso de dudas sobre suplementos o tratamientos, consultar con un profesional de salud es siempre la mejor opción.

El SIBO es una condición compleja que puede afectar profundamente la calidad de vida, pero reconocer sus síntomas y actuar a tiempo facilita un diagnóstico y tratamiento precisos. Con el manejo adecuado, es posible reducir los síntomas, minimizar las recurrencias y recuperar el equilibrio de tu salud digestiva.

Preguntas frecuentes sobre el SIBO

¿Puede el SIBO curarse completamente?

Sí, con el tratamiento adecuado y la identificación de la causa subyacente, muchos pacientes logran eliminar el SIBO. Sin embargo, en algunos casos puede haber recurrencias que requieran tratamiento adicional.

El SIBO en sí mismo no es hereditario, pero algunas condiciones genéticas que afectan la salud digestiva podrían aumentar la predisposición a desarrollarlo.

El SIBO tiene una causa bacteriana específica, mientras que el síndrome del intestino irritable es un trastorno funcional que no tiene una causa única identificable. Ambos comparten síntomas, pero el enfoque en su tratamiento es diferente.

La dieta, especialmente la baja en FODMAP, puede ayudar a aliviar los síntomas del SIBO, pero generalmente no es suficiente para eliminar el sobrecrecimiento bacteriano sin un tratamiento específico, como antibióticos.

Depende del caso y de las cepas utilizadas. Algunos probióticos pueden ser beneficiosos en la recuperación, pero es importante que su uso sea guiado por un profesional, ya que en ciertos casos pueden agravar los síntomas.

Los síntomas más frecuentes son hinchazón abdominal, gases, dolor, diarrea o estreñimiento, pérdida de peso y deficiencias nutricionales.

Anabel Bolado es farmacéutica y doctora en parasitología. Descubre sus artículos sobre temas de salud, inmunología y microbiota intestinal.

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