En cada familia se repite la misma historia sobre el drama a la hora de comer, con pequeños rostros disgustados y verduras intactas al final de la cena. Si te identificas con esta realidad, estás en el lugar correcto. En este artículo te proporcionaremos trucos ingeniosos y efectivos para incluir más verduras en los platos de tus pequeños sin luchas ni protestas.
Trucos para incluir verduras en la dieta de los niños y niñas
1. Enmascara las verduras en sus platos favoritos
Si los superhéroes llevan máscara… ¡las verduras también! El primer truco para incluir más verduras en la dieta de los niños es ocultarlas en sus comidas preferidas. Haz puré de zanahorias, calabacín, espinacas y brócoli para añadirlos a las salsas de espagueti o lasaña. Las verduras trituradas se mezclan a la perfección con las salsas, proporcionando nutrientes esenciales sin cambiar mucho el sabor que a ellos les encanta.
2. Juega con los colores y formas
Los niños responden muy bien a los colores brillantes y las formas divertidas. Corta las verduras en formas de estrellas, corazones y otras figuras con cortadores de galletas. Una ensalada colorida de zanahorias en forma de corazón, brócoli en forma de árboles y tomates como balones de fútbol hará maravillas.
3. Zumos y batidos
Los batidos son un vehículo perfecto para introducir verduras sin que los astutos niños se den cuenta. Una mezcla de espinacas, plátano y manzana verde, por ejemplo, resulta en un batido verde brillante pero deliciosamente dulce. ¡Y hay muchas más recetas!
4. Chips de verduras
Las patatas fritas pueden ser el enemigo público número uno de los padres saludables, pero… ¿y si te dijéramos que puedes transformar las verduras en chips crujientes? Prueba con kale, zanahorias o remolacha, horneándolos con un poco de aceite de oliva y sal. Las chips de verduras pueden convertirse en un aperitivo saludable y popular en tu hogar.
5. Brochetas de verduras
Las brochetas son un método maravilloso para presentar las verduras de manera lúdica. Elige verduras de diferentes colores, como pimientos, champiñones y tomates, y arma las brochetas con tus hijos. A ellos les encantará la actividad y estarán más dispuestos a probar el plato final sin rechistar.
6. Pizzas y sándwiches creativos
Hacer pizza casera es una excelente oportunidad para añadir verduras. Los niños pueden ayudar a preparar la pizza, eligiendo sus propios ingredientes y distribuyéndolos en la masa. De la misma manera, los sándwiches pueden convertirse en lienzos para explorar el mundo de las verduras.
7. Dulces saludables
Sí, has leído bien. Los postres pueden ser una forma deliciosa de incluir verduras. Brownies de batata, helado de espinaca y aguacate, galletas de calabaza, todas son formas innovadoras de dar un giro a los clásicos de la repostería.
8. Enseña a los niños sobre la comida
Educar a los niños sobre la procedencia de la comida y por qué ciertas comidas son saludables puede ser muy eficaz. Llévalos al supermercado o al mercado de agricultores local, deja que elijan sus propias verduras. Incluso, si tienes espacio, considera la posibilidad de iniciar un pequeño huerto en casa. Cuando los niños se involucran en el proceso de crecimiento y preparación de los alimentos, es más probable que estén dispuestos a probarlos.
9. Salsas y dips
Un poco de salsa puede hacer que las verduras sean mucho más apetecibles. Prepara salsas saludables como hummus, guacamole, o una salsa de yogur. Coloca una amplia variedad de verduras cortadas para que los niños las sumerjan. ¡Y que aproveche!
10. Haz de las verduras la estrella del plato
A veces, las verduras se sirven como un acompañamiento olvidable. ¿Por qué no convertirlas en el plato principal? Prueba las hamburguesas de lentejas, las albóndigas de espinacas o las lasañas de berenjena. Con las especias y los ingredientes correctos, las verduras pueden ser tan sabrosas.
Como ves, integrar más verduras en la dieta de los niños no tiene por qué ser un desafío monumental. Con un poco de creatividad y perseverancia, podrás introducir una gran variedad de verduras en su alimentación diaria.
No olvides que los hábitos alimenticios saludables se aprenden a lo largo del tiempo, por lo que la paciencia será tu mejor aliada. También es importante recordar que cada niño es único, por lo que funciona para uno, puede no funcionar para otro.
Experimenta, diviértete y, sobre todo, fomenta un amor por los alimentos saludables desde una edad temprana. En poco tiempo, es posible que te sorprendas al encontrar que tus pequeños piden por sí mismos un segundo plato de brócoli. ¡Por muy raro que suene!
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